lunes, 11 de enero de 2016

Avilés Villa Milenaria

Avilés, ciudad milenaria









El Santuario de la Virgen de La Luz se levanta en una colina cercana a la población de Villalegre, en el Concejo de Avilés. Pocos paisajes hay más hermosos. Valles profundos y frondosos rodean la colina del Santuario. En una ladera reposan, entre el arbolado de sus jardines,  A lo lejos se divisa la hermosa "villa ensueño" de Avilés, con su ría mansa, plateada bajo la luz del sol. Y más lejos aún la cinta plomiza del Mar Cantábrico. El origen del Santuario es desconocido. Sólo se sabe que la devoción a la Santísima Virgen es antiquísima en este lugar. Ya el Papa Clemente XIII concedió en 1763 amplísimas gracias a los cofrades de su Hermandad.
Escudo de la ermita de la Luz





Avilés está situado en el centro de la franja costera del Principado de Asturias, al oeste del cabo de Peñas, a orillas de la ría que lleva su nombre.

Milenaria villa marinera y comerciante, es ahora una ciudad moderna y centro metalúrgico de primer orden, fruto del crecimiento demográfico y del despegue industrial.
La villa de Avilés aparece mencionada por primera vez en un documento en el testamento del rey Alfonso III, en el año 905. Este mismo monarca hizo construir el castillo de Gauzón en el 

Calle de La Cámara                                                  

peñón de Raíces (donde fue revestida de joyas la Cruz de la Victoria) para vigilancia y defensa del estuario. 
El Fuero concedido por el rey Alfonso VI en 1085 otorga a Avilés unos privilegios políticos y económicos que le permiten convertirse en la segunda ciudad en importancia de Asturias. Esto unido al perfecto abrigo que proporcionaba a las naves, hicieron de su puerto uno de los principales no solo del Cantábrico, sinó del Atlántico europeo. En el siglo XII se construye la iglesia de Santa María Magdalena de Corros y en el XIII el antiguo convento franciscano (hoy iglesia de San Nicolás de Bari), ambas extramuros.

comienzo de la calle Galiana

A finales del siglo XIII se completó el trazado circular de la muralla (ensanche medieval). Este recinto amurallado recibía el nombre de La Villa y fue arrasado por un incendio en 1479. Como medida de ayuda, los Reyes Católicos le conceden un mercado franco los lunes, que aún hoy continúa celebrándose el mismo día. Se construye la iglesia vieja de Sabugo, al otro lado de la marisma. Mención aparte merece la actual iglesia de los Padres Franciscanos (anterior parroquia de San Nicolás) que nos ofrece ejemplos arquitectónicos románicos, protogóticos, góticos y barrocos.
En el siglo XVII la villa comienza a extenderse fuera del recinto
Palacio Balsera

 amurallado (ensanche barroco). Hacia el sur se levantan el palacio de Ferrera, el palacio municipal y la casa de Rodrigo García-Pumarino, formando entre ellos una plaza (actual Plaza de España, o El Parche) de la que arrancaron las calles de Galiana y Rivero. También se comienzan a empedrar algunas de las principales calles intramuros como la de la Ferrería, la de la Fruta y la del Sol.
La capilla del Ecce Homo de la calle Galiana, levantada en 1649 bajo la advocación de San Roque, para proteger a la villa del contagio de la peste, fue demolida en el XVIII, siendo la actual de 1894.
Palacio Balsera

Los Caños de San Francisco y el palacio de Camposagrado son de los siglos XVII y XVIII. Del siglo XIV es la casa palacio de Valdecarzana, de la cual solo se conserva intacta la fachada que da a La Ferrería y hoy es sede del Archivo Histórico Municipal, uno de los más importantes de Asturias. Situada dentro del recinto amurallado, se cree fue residencia de un rico mercader que utilizaba la planta baja como tienda y almacén, y la alta como vivienda familiar. El crecimiento demográfico origina que en 1818 se inicie el derribo de la muralla, y en 1868 se acomete la desecación y urbanización de las marismas que rodeaban la urbe

Palacio Municipal de la Cultura


(ensanche burgués), dando lugar a espacios como el Muelle de la Ría que une La Villa con el barrio marinero de Sabugo y la Plaza del Mercado (Hnos. Orbón). De principios del siglo XX data el Palacio de Balsera. Por ese tiempo Avilés fue una de las primeras ciudades del norte de España en tener alumbrado público, tren, teléfono y tranvías. Entre 1900 y 1920 se produjo un notable crecimiento urbanístico debido a la conjunción de factores favorables: la apertura de la dársena de San Juan de Nieva, la instalación de diversas industrias, la mejora de las comunicaciones ferroviarias y por carretera, y la repatriación de capitales indianos.

Iglesia San Nicolás de Bari


Se construyen entonces mansiones burguesas por toda la villa, así como el Gran Hotel, el teatro Palacio Valdés y la nueva iglesia de Santo Tomás de Canterbury, consagrada en 1904. 
A mediados del siglo XX la población de Avilés se ha quintuplicado, nutrida de los trabajadores llegados de diversos puntos de España con destino a las florecientes industrias, entre las que destaca espectacularmente la instalación de ENSIDESA. En 1948 se instala Cristalería Española y en 1957 se enciende el primer horno alto de ENSIDESA.
Esto conlleva la rápida construcción de poblados en la periferia (ensanche industrial) para acoger tal avalancha de población. 
Plaza del Carbayo

Mientras se iban transformando los alrededores de la Villa, el centro urbano permaneció inalterado hasta 1965 al amparo de la declaración en 1955 de Conjunto Histórico-Artístico por parte del Estado Español.
En 1980 se inauguran el nuevo muelle pesquero y la cofradía de pescadores Virgen de las Mareas. 
Hoy en día se está acometiendo la ampliación y modernización de su puerto pesquero, en cuya lonja se subasta casi el 70% de la pesca capturada en Asturias, lo que le posiciona como el primero de Asturias y uno de los cinco primeros de España. Asimismo se están completando las instalaciones del nuevo 
Palacio Ferrera


puerto deportivo.
Con la inauguración del Centro Cultural Oscar Niemeyer, Avilés ha experimentado un nuevo impulso fácilmente observable.
Un paseo por los soportales de sus antiguas calles, al resguardo del Sol o de la lluvia, proporciona la agradable oportunidad de descubrir ese Avilés que nos transporta a otras épocas.
Ven a verlo.








Avilés




Edificio del Ayuntamiento de Avilés



Es una de las tres grandes mansiones -junto con las de Ferrera y García Pumarino- que originaron la plaza de España ('El Parche' para los avilesinos). El ensamblaje de las tres dio origen a esta plaza, un espacio que bombea Historia a chorros. Y que junto con las calles de Rivero y Galiana supuso un ejemplar ensanche urbano, cuando la demografía pedía aire y las murallas asfixiaban el crecimiento.

Se comenzó a edificar hacia el sur, porque era espacio libre de mar y marismas, que por entonces casi rodeaban la Villa en los otros puntos cardinales.
Ayuntamiento de Avilés

El 22 de abril de 1677 se inauguró 'a son de campana tañida'. Y desde entonces viene marcando el tiempo histórico y regulando la actividad mercantil y urbana de esta ciudad.

En 1836, el palacio fue coronado con la torre actual y un reloj con sonajería. Este añadido y las funciones neurálgicas ciudadanas le da un cierto aire de Puerta del Sol madrileña. Es el kilómetro cero avilesino. Hoy es el corazón del casco histórico, ejemplarmente peatonalizado y protegido por una muralla electrónica cuyas almenas han venido en llamarse bolardos. Una reconquista moderna.
Ayuntamiento de Avilés

El gobierno avilesino, que hasta el siglo XVII se había venido reuniendo en diversos lugares: cementerio medieval (al lado de capilla de Las Alas) o una casa en el entronque de las calles de La Fruta y El Sol, decidió construir un gran edificio que respondiese a la categoría portuaria y comercial que había alcanzado la ciudad.
Por entonces solamente se utilizó la planta superior, dividida en dos grandes salas (una de ellas con capilla) porque antes había que ir a los Plenos como a misa.
La planta inferior -y mientras llegaban los tiempos actuales- se trazó para alquiler y vivienda de comerciantes. Todavía en 1937 cerró la última de las tiendas aquí instalada. No es casual la identidad de diseño que hay entre esta planta del Ayuntamiento y los bajos de la plaza del Mercado


Ayuntamiento de Avilés

(o Hermanos Orbón y cinco nombres más). El diseño arquitectónico se debe al ovetense Juan de Estrada y lo ejecutó el maestro de obras avilesino Marcos Martínez, con piedra de la cantera de Bustiello, que no dio el resultado apetecido y hubo, luego, que andar parcheando (nada que ver con el nombre de la plaza, que esa es otra).

Su arquitectura -donde predomina horizontalidad, simetría, austeridad, armonía y dominio del soportal- se vio luego reflejada en otro palacio situado a su costado: el del indiano gozoniego García Pumarino (hoy sala cinematográfica), así como en la poderosa arquitectura religiosa, situada en frente: el pórtico del entonces convento de San Francisco (hoy iglesia de San Nicolás de Bari).
El palacio municipal es, por tanto, monumento que ha alumbrado y deslumbrado a otros cercanos. Quizás porque aquel Avilés del

Parque del Muelle


Fuero, aquella excepción medieval, aquella pequeña república, tuvo finalmente -más tarde de lo que mereció- la plasmación de aquel poder, de aquel mando, en este edificio, vital como pocos, que se ha mantenido siempre operativo, desde 1677, con alguna excepción como el bombardeo sufrido en 1937, durante la Guerra Civil, cuando fue atacado por la aviación del general Franco (El Gobierno de Avilés permaneció fiel a la República, cuando se produjo la rebelión militar). Los daños ocasionados obligaron a una costosa rehabilitación realizada entre 1939 y 1943.
Todo esto son apuntes sobre el continente, el contenido es episodio aparte. Un hermoso e histórico palacio desde el que, desde hace 335 años, han venido gobernando la ciudad 217 corporaciones.




Ayuntamiento de Avilés en Navidad


Cien años de historia milenaria

Panoramica de Avilés desde la ermita de la Luz




El 26 de abril de 1915 se constituyó en el Ayuntamiento lo que hoy se conoce como Autoridad Portuaria: la Junta de Obras
El de Avilés es un puerto milenario, pero su funcionamiento tal y como hoy es conocido tiene tan solo una centuria, cuando se constituyó la Junta de Obras del Puerto. Eso ocurrió el 26 de abril de 1915, hace cien años, mucho antes de la explosión demográfica que sufrió Avilés con la llegada de Ensidesa y que transformó también su ría y su puerto. El acto de constitución de la Junta de Obras del Puerto se celebró en los salones de la Casa Consistorial aquel 26 de abril, el mismo edificio que acogió ayer la recepción a los galardonados con la medalla de
Puerto deportivo de Avilés

 oro de Avilés: la Autoridad Portuaria por su centenario y el empresario Daniel Alonso.
El profesor de la Universidad de Oviedo Miguel Calleja ofreció una lección de historia portuaria en el acto de entrega de las medallas de oro de la ciudad. Se remontó a la época del fuero y al privilegio de la sal, cuando no había más recurso que la fuerza humana para la carga y descarga, ni tinglados ni almacenes. La segunda gran etapa de la historia del puerto avilesino, expuso el también doctor en Historia, comenzó a principios del siglo XIX, llega hasta nuestros días y tiene su vértice precisamente en

Resto del Antiguo Puente de San Sebastian 
y la "Grapa" Nueva pasarela al Niemeyer

1915, en la constitución de la Junta de Obras del Puerto.
Fue a finales del siglo XIX cuando la zona de San Juan de Nieva, en la bocana, se convirtió en el verdadero puerto comercial de Avilés, y tan solo un año después de la puesta en marcha de la Junta de Obras cuando se aprobó el primer plan de obras, redactado por José María Graíño. "En el proyecto de 1916 los espacios portuarios se extienden ya hacia el playón de Raíces y Las Arobias, y plantean ocupar también la margen derecha de la ría: los muelles que se están inaugurando ahora, cien años después", expuso Calleja. La instalación de grandes compañías estatales tras la guerra civil contribuyó a ocupar los

Puente de San Sebastián


 márgenes de la ría y a modificar los espacios portuarios. De la exportación de materias primas se pasó también a la transformación y distribución a través del Puerto, que alcanzó su máximo histórico de tonelaje en 1972. También hubo tiempos complicados. "En 1988 apenas llegamos a los 3 millones de toneladas, mordimos el polvo. Entonces teníamos una ría muy deteriorada, una industria en crisis, sentimos miedo. Pero fuimos capaces de no hincar la rodilla (...) El Puerto seguirá cuidando a sus industrias, a sus clientes y su relación con la ciudad".


Bocana de la ría al fondo las playas 
del espartal y de Salinas

Avilés y sus murallas


Avilés Casco Antiguo



La ciudad asturiana de Avilés tiene tres cercados que la vienen protegiendo
Avilés, en algunas enciclopedias, todavía pasa por ser ciudad industrial. Es muchísimo más.
Su jardín de multinacionales la limita, al norte con el cinc de Azsa, al sur con acero de Arcelor-Mittal, al este con aluminio de Alcoa y al oeste con cristal de Saint Gobain. Estos puntos cardinales industriales componen, una especie de muralla industrial, en torno al meollo del Avilés milenario.


Palacio Camposagrado fachada Sur


La ciudad asturiana de Avilés tiene tres cercados que la vienen protegiendo

Durante siglos, la histórica villa estuvo protegida por muralla de piedra y argamasa (y algunos defienden la teoría de una cerca anterior, de madera). Medía unos 800 metros y protegía una superficie habitada de 41.000 metros cuadrados. Para hacerse una idea espacial: el Avilés amurallado venía a ocupar como la mitad del parque de Ferrera.


Palacio Camposagrado fachada Sur

Población con muralla, era signo de riqueza. Avilés fue, durante siglos, el más importante puerto de la costa atlántica española. 

Pero las murallas de piedra, desaparecieron en el siglo XIX, «gracias» a un descomunal pelotazo urbanístico. Hoy quedan restos desperdigados por la ciudad.

Y a mediados del pasado siglo, la histórica Avilés se volvió histérica con «la invasión» de gigantescas industrias metalúrgicas, encabezada por enorme siderúrgica (Ensidesa). Se

Iglesia Padres Franciscanos

 desato una furia social tremenda, de la que puede dar muestra el hecho de que en diez años casi quintuplicó su población. Imagínense los problemas sanitarios, educativos, etc., que se instalaron aquí. Pero se resolvieron.

Y hoy el centro ciudadano se ha reordenado. Y luce. Se han recuperado palacios monumentales como el Ferrera, como hotel de cinco estrellas o el de Camposagrado, para centro universitario de Arte especializado en diseño y restauración). 


Capilla de los Alas

También se ha humanizado el casco antiguo, peatonalizándolo. Y para defenderlo del tráfico rodado se instalado una muralla electrónica que sigue la traza de la medieval. De forma que aquella y ésta, protegen uno de los más finos y afinados cascos antiguos que recorrerse y gozarse pueden, en el norte de España.Y ahora se ha instalado, el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, frente al casco histórico y al otro margen de la Ría, con mayúsculas. Porque ella es el elemento mágico que aúna pasado, presente y futuro avilesino. Y así, entre tanto abre y cierra las murallas, la Historia le está empezando a salir bordada a esta ciudad asturiana.
Paseo de la Ría


Avilés se encuentra situado en el centro de Asturias, a 19 Km. del Cabo Peñas, el punto más septentrional de la Península Ibérica, y a menos de 30 Km. (20 minutos) por autopista de las dos grandes ciudades del Principado de Asturias: Oviedo y Gijón. El Aeropuerto de Asturias se sitúa a 11 km. de Avilés, a solo 6 minutos por autopista.

De la ciudad y villa de Avilés destacar su milenario casco histórico, declarado Conjunto Histórico Artístico, en el cual dispone de espacios y edificios románicos, góticos, barrocos y modernistas, permitiendo un amplio y exhaustivo recorrido a todos los estilos arquitectónicos desde el siglo XII hasta la actualidad.

La fisonomía de Avilés ha sufrido una exitosa metamorfosis gracias al recientemente inaugurado Centro Niemeyer, el cual ha supuesto un hito en la regeneración de la ría y la estética de una 
Iglesia Santo Tomás de Canterbury

ciudad postindustrial que ha tenido que reinventarse, para gracias a este centro convertirse en un referente de todo tipo de artes y manifestaciones culturales para una ciudad que lleva la fama de ser “la Atenas del Norte”.

En la actualidad, Avilés es la tercera ciudad en población de Asturias. En su área metropolitana viven 160.000 habitantes. La ciudad se organiza en torno a la ría y a su puerto pesquero, el más importante de Asturias.


Centro Cultural Niemeyer






Entre sus fiestas destacan cuatro eventos que han sido declarados Fiesta de Interés Turístico: el Carnaval o Antroxu, la Semana Santa de Avilés, la fiesta de El Bollo y el Festival Intercéltico.




Centro Cultural Niemeyer

Puerto de Avilés

Avilés La 'Atenas del norte'


En la ciudad milenaria de Avilés Las calles y edificios del casco antiguo están declarados Conjunto Histórico Artístico y conservan importantes vestigios del pasado, algunos de ellos realmente notables. Es por esto por lo que a la ciudad se la conoce de siempre como la 'Atenas del Norte', aunque, realmente, por lo que el resto del país la identifica es por el enorme desarrollo industrial que experimentó a mediados del siglo XX y que hoy todavía se empeñan en recordar algunas grandes fábricas de la periferia.
Sin embargo, la mayoría de las señas de su pasado lograron sobrevivir a este gigantesco desarrollo y esta 'ciudad atlántica milenaria',recoleta y muy paseable, ofrece hoy calles medievales jalonadas de soportales para resguardarnos del sol y la lluvia, plazas, iglesias y palacios que reflejan estilos arquitectónicos variados como románico, gótico, barroco y modernista.
Cada uno de los adoquines de la calle de la Ferrería, la más antigua de las conservadas de la Edad Media, está cargado de historia. Significativa por sus edificios blasonados y sus



Palacio de Valdecarzana

soportales, símbolo que caracteriza a la ciudad, que presume de tener más de dos kilómetros de estos espacios arquitectónicos cubiertos.

Las calles Galiana, San Francisco o Rivero, todas del siglo XVII, son otros buenos ejemplos del arte y la historia que Avilés sigue atesorando.

Pero si hay algún punto de partida establecido para recorrer los rincones de la villa es, sin duda, la Plaza de España. Un amplio triángulo formado por tres nobles edificios -el Palacio
Iglesia San Nicolás de Bari

 Municipal, la casa de García Pumarino y el Palacio del Marqués de Ferrera- que datan del siglo XVII. De aquí salen numerosas y emblemáticas calles -casi todas peatonales- cuyo nexo común es que llevan directamente al pasado más noble de Avilés.
Bajando por la calle de la Fruta (una de las principales de la antigua ciudad amurallada) se llega al Palacio de Camposagrado -siempre vigilado por la impertérrita estatua de Carreño Miranda, el pintor avilesino más insigne-, uno de los edificios más hermosos de la villa, cuya fachada destaca por sus torres simétricas y los múltiples adornos arquitectónicos. Es uno de los mejores ejemplos de barroco asturiano.
Puerta de la Iglesia San Nicolás de Bari



Si, por el contrario, bajamos por la calle de San Francisco desde la Plaza de España, nos encontramos con otro de los símbolos más emblemáticos del casco histórico: la Fuente de los Caños, localizada entre el Palacio de Ferrera y la iglesia de San Nicolás de Bari.


Plaza del Carbayo

Es un monumento singular del que surgen seis cabezas humanas por las que mana el agua. Por encima de ellas figuran elementos heráldicos, entre ellos el escudo de Avilés, que se reconoce por una enorme nao embistiendo contra una gran cadena. Este emblema tiene su origen en la conquista de Sevilla: al parecer, en 1248, cuando la capital andaluza estaba en manos de los árabes, una flota al mando del almirante santanderino Bonifaz intentó entrar por el Guadalquivir, pero una enorme cadena extendida de orilla a orilla se lo impedía.


Plaza Hermanos Orbón

Un marinero avilesino (porque la tripulación procedía del barrio de Sabugo) puso a lo largo de la proa una enorme sierra que, a fuerza del movimiento de las mareas y las olas, fue cortando la cadena, permitiendo la entrada de la flota y la conquista de Sevilla.

En la intersección de la calle de San Francisco con Galiana nos encontramos con un acceso al Parque de Ferrera, otro de los rincones preferidos de los vecinos y visitantes. Con 81.000 metros cuadrados, es el mayor de los 13 parques públicos con 

Plaza Carlos Lobo

que cuenta Avilés y pulmón de la ciudad. De estilo inglés, este espacio fue, en su momento, el jardín trasero del Palacio de Ferrera hasta que, en 1976, el Ayuntamiento lo recuperó y lo abrió al pueblo. 

Los rincones como éstos abundan en esta ciudad milenaria cargada de leyendas. El ambiente marinero del barrio de Sabugo, el espíritu medieval de la plaza de Carlos Lobo, la tradición agrícola de la plaza de Carbayedo, los perfiles barrocos de la escalinata de la iglesia de San Nicolás de Bari, etcétera, son más ejemplos del rico patrimonio de esta hermosa 
Edificio del Atrio

villa asturiana que lucha por enterrar, definitivamente, esa imagen de un pasado reciente sepultada por horrorosas chimeneas y humos industriales.








Faro de San Juan


Vista de Avilés

Avilés es una ciudad situada en el litoral del área metropolitana central de Asturias, calificada como la sexta mayor área metropolitana por actividad de España. Es una ciudad moderna, vanguardista, que apuesta por nuevas actividades económicas desde el conocimiento, la investigación y la innovación. Durante los últimos años ha sabido conservar lo mejor de su historia con una innovadora concepción de ciudad sostenible, dinámica e innovadora y participativa.

s un ciudad que destaca porque ha sabido establecer un diálogo permanente entre su concepción de ciudad milenaria, viva y presente en uno de los cascos históricos medievales mejor conservados del norte de España, y un proceso de modernización que la sitúa como ejemplo de nueva concepción de ciudad europea avanzando hacia nuevas formas de progreso y convivencia. 



Junto a la ciudad medieval surge una nueva ciudad cultural capaz de atraer cada año a miles de visitantes que se fascinan por nuestro acervo cultural. Sus nuevos equipamientos, entre los que destacan el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, convierten a la ciudad en una gran plaza de intercambio de culturas, pensamientos y realidades.
Avilés se consolida como uno de los nuevos centros turísticos del norte de España, con segmentos de creciente importancia como el Turismo Cultural, el Turismo de Congresos y el Turismo de Cruceros. Un turismo que se cualifica junto a la riqueza de nuestra oferta hostelera y de restauración y la realidad de una amplia variedad gastronómica que crece en protagonismo dentro y fuera

Teatro Palacio Valdés




de la ciudad. A lo largo del año hay muchos motivos para visitar nuestra ciudad.

Avilés ha impulsando una nueva concepción de industria que abarca desde las grandes piezas industriales, innovadores proyectos de ingeniería y grandes centros de I+D, a las nuevas aportaciones de software de las pujantes industrias de empresas tecnológicas.

Fuente y capilla de la Calle Rivero

Avilés Cafetería del Puerto

1 comentario:

  1. Este blog es muy bueno, soy avilesino y ha hablado de todos mis sitios favoritos.
    10 de 10 felicidades.

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